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María Ángela Nieto Toledano

María Ángela Nieto Toledano

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha entrevistado a la Dra. Ángela Nieto, profesora del Máster en Neurociencia: de la Investigación a la Clínica de la Universidad Miguel Hernández de Elche, en el ciclo Protagonistas de la Ciencia, actividad promovida por el CSIC dentro del marco CIENCIA y SOCIEDAD. La publicación ha tratado con la experta en neurobiología el estudio sobre los genes implicados en la formación de tejidos y órganos, conocidos por el nombre de Snail. Estos genes se activan durante la formación del embrión y permiten “viajar” a millones de células facilitando la formación de tejidos y órganos del posterior individuo, según relata Nieto en la entrevista. Sin embargo, en algunas personas, los genes pueden activarse en edad adulta y provocar patologías, así como la expansión de células cancerígenas.

Nieto pertenece al equipo de investigación Movimientos Celulares en fisiología y patología, del Instituto de Neurociencias de Alicante, centro mixto del CSIC y UMH, creado para averiguar los mecanismos por los que el embrión genera las distintas estructuras de tejidos y órganos. “Llevamos más de 20 años trabajando en identificar los mecanismos que dotan a las células de esa capacidad de movimiento”, explica la profesora.

La docente subraya que una de las incógnitas en Biología es cómo, “de una sola célula, el cigoto -la unión de los gametos masculino y femenino-, se puede formar un individuo completo, un ser humano o de otra especie”. En cuanto a los procesos que ponen en marcha estas células viajeras, “las llamamos así en términos de divulgación porque lo que hacen fundamentalmente es un viaje”, la profesora dice que lo importante es conocer los mecanismos que indican a las células dónde y cuándo tienen que detenerse y concluir su viaje.

En la entrevista concedida a Protagonistas de la Ciencia, la profesora explica que las células Snail son las responsables de convertir a una célula inmóvil, la que se encuentra en el lugar inicial, en una célula móvil. “Esa conversión se debe a un proceso que se llama transición epitelio-mesénquima. Las células mesenquimáticas tienen ya capacidad de movimiento y también capacidad invasiva, es decir, pueden ir degradando el medio que encuentran en su camino a base de secretar sustancias, y eso les facilita el viaje”, señala.

Debido a esto, los genes “Snail” tienen un papel esencial en el proceso de formación del individuo. La profesora afirma que si los genes Snail están defectuosos, si no funcionan o sufren mutaciones, el embrión muere. “El individuo necesita todos esos tejidos y órganos, y si las células no viajan a los lugares donde se tienen que formar, el embrión no puede progresar. Son tan eficientes que cuando han terminado su trabajo se ‘apagan’. Cuando las células llegan a su destino, el programa se desactiva”, dice la investigadora.

Nieto explica en la entrevista que en el adulto no hay grandes movimientos de células epiteliales (sí los hay de otros tipo de células como las del sistema inmune, por ejemplo). “Pero en algunos contextos patológicos se produce una reactivación de los genes ‘Snail’, que vuelven a hacer lo mismo que hacían en el embrión, solo que ahora no va a ser beneficioso sino nocivo”, indica.

Ante la pregunta de si la reactivación de los genes puede desencadenar patologías como el cáncer, la investigadora responde que no tanto el cáncer en el sentido de la formación de un tumor primario, que es independiente de la activación de estos genes, “sino más bien la diseminación del cáncer por el desprendimiento de células cancerosas de ese primer tumor para formar otros nuevos”. Es por ello que la profesora subraya la importancia de las células “Snail” debido a la participación en la expansión de las células cancerígenas.

Ya lo dijo Joan Massagué en su famosa frase: «Más del 90% de las muertes asociadas al cáncer se deben a la metástasis», dice Nieto. Y la aparición de metástasis se debe a la diseminación del tumor desde el primario a otros lugares del cuerpo formando tumores secundarios. “Para eso se reactiva ese programa embrionario de movilización de células que nosotros estudiamos”.

En cuanto a otras patologías que puede provocar la reactivación de los genes “Snail” en edad adulta, la profesora del máster en neurociencia afirma que las células de algunos órganos “empiezan a secretar sobre todo colágeno y eso va a generar fibras fuera de las células. Así aparece la fibrosis, un proceso degenerativo que lleva al fallo del órgano. Si las células del hígado, el riñón o el pulmón no pueden funcionar para su misión, se puede desencadenar el fallo orgánico que conduce a la muerte”.

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